Sexta película de la famosísima saga de novelas del mismo nombre de la escritora J.K. Rowling, y con las cuales se ha vuelto multimillonaria, tanto por las ventas de los libros como por los derechos para llevarlas a la gran pantalla.
Harry Potter y el misterio del príncipe es el nombre con el cual se le conoce a esta película pero su título original en español es Harry Potter y el Príncipe Mestizo.
Película extremadamente larga, con una duración de casi las 3 horas, y que aunque extensa, no refleja en su totalidad lo narrado en el libro (según declaraciones de los fanáticos).
Esta nueva entrega de la saga de películas de Harry Potter es dirigida por David Yates y producida por David Heyman y obviamente protagonizada por los ya famosos Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, y el guión para la película fue escrito por Steve Kloves.
La película contó con un presupuesto de unos 250 millones de dólares, de los cuales gran parte se fue en los efectos especiales desplegados en dicho filme.
Ya entrando en materia del filme en sí, podemos observar que las actuaciones en general son buenas, aunque en algunas ocasiones se cae en la sobreactuación, particularmente por parte de algunos personajes secundarios y una que otra vez por parte del mismísimo Potter.
La película en si es extremadamente larga, y aún así deja por fuera muchos elementos que según los fanáticos eran esenciales, esto suele pasar con mucha frecuencia cuando se trata de adaptar un libro al cine, especialmente cuando el libro en cuestión es extenso, también hay que agregarle que en función de la narrativa de dicha obra fílmica se carece de sorpresas, llega a ser monótono y a ratos aburrida, además de contar con un par de personajes y escenas bastante absurdas con el único fin de ponerle algo cómico a la trama, pero que en realidad no aportan absolutamente nada a la misma.
La dirección de cámaras y la fotografía son el punto más alto del largometraje, cuenta con una dirección bien pulida y una fotografía esplendida, con tomas que son un verdadero ejemplo de arte, así mismo la dirección del filme es llevado con buen tino, en lo técnico no se le puede negar que es muy buena dicha producción.
Con respecto a la música en ciertos tramos de la película se llega a abusar de este recurso, saturando aún más la ya saturada de elementos visuales expuestos en la pantalla como para que nos la recalquen aún más con una música que en vez de ser de ambiente o un complemento, más bien termina siendo un elemento distractor, aunque generalmente este recurso es bien utilizado.
El libro claramente está destinado a un público adolecente y por lo tanto la película también, y se demuestra aún mejor cuando se analiza que el discurso expresado en el filme es bastante superficial dado que no se llega a profundizar en nada, tanto en trama, como en el discurso del bien y el mal y de un elegido que será el salvador de todos, como dicen por ahí el que mucho abarca poco aprieta, y eso le ha sucedido a esta sexta entrega del Mago Potter, por lo tanto la calificación es de 3 varitas mágicas de 5 posibles, filme para fanáticos pero que aún así no saldrán completamente contentos del cine después de verla.
Harry Potter y el misterio del príncipe es el nombre con el cual se le conoce a esta película pero su título original en español es Harry Potter y el Príncipe Mestizo.
Película extremadamente larga, con una duración de casi las 3 horas, y que aunque extensa, no refleja en su totalidad lo narrado en el libro (según declaraciones de los fanáticos).
Esta nueva entrega de la saga de películas de Harry Potter es dirigida por David Yates y producida por David Heyman y obviamente protagonizada por los ya famosos Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, y el guión para la película fue escrito por Steve Kloves.
La película contó con un presupuesto de unos 250 millones de dólares, de los cuales gran parte se fue en los efectos especiales desplegados en dicho filme.
Ya entrando en materia del filme en sí, podemos observar que las actuaciones en general son buenas, aunque en algunas ocasiones se cae en la sobreactuación, particularmente por parte de algunos personajes secundarios y una que otra vez por parte del mismísimo Potter.
La película en si es extremadamente larga, y aún así deja por fuera muchos elementos que según los fanáticos eran esenciales, esto suele pasar con mucha frecuencia cuando se trata de adaptar un libro al cine, especialmente cuando el libro en cuestión es extenso, también hay que agregarle que en función de la narrativa de dicha obra fílmica se carece de sorpresas, llega a ser monótono y a ratos aburrida, además de contar con un par de personajes y escenas bastante absurdas con el único fin de ponerle algo cómico a la trama, pero que en realidad no aportan absolutamente nada a la misma.
La dirección de cámaras y la fotografía son el punto más alto del largometraje, cuenta con una dirección bien pulida y una fotografía esplendida, con tomas que son un verdadero ejemplo de arte, así mismo la dirección del filme es llevado con buen tino, en lo técnico no se le puede negar que es muy buena dicha producción.
Con respecto a la música en ciertos tramos de la película se llega a abusar de este recurso, saturando aún más la ya saturada de elementos visuales expuestos en la pantalla como para que nos la recalquen aún más con una música que en vez de ser de ambiente o un complemento, más bien termina siendo un elemento distractor, aunque generalmente este recurso es bien utilizado.
El libro claramente está destinado a un público adolecente y por lo tanto la película también, y se demuestra aún mejor cuando se analiza que el discurso expresado en el filme es bastante superficial dado que no se llega a profundizar en nada, tanto en trama, como en el discurso del bien y el mal y de un elegido que será el salvador de todos, como dicen por ahí el que mucho abarca poco aprieta, y eso le ha sucedido a esta sexta entrega del Mago Potter, por lo tanto la calificación es de 3 varitas mágicas de 5 posibles, filme para fanáticos pero que aún así no saldrán completamente contentos del cine después de verla.