sábado, 24 de mayo de 2008

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian

Esta es la nueva película basada en la saga de libros de C.S. Lewis escritos entre los años de 1939 y 1954.

En esta nueva entrega podremos ver a los personajes más maduros, a la vez que los diálogos están mejor elaborados, al igual que los efectos visuales, los cuales se convierten en ciertas partes de la película en otro personaje.

El libro El Príncipe Caspian: El regreso a Narnia fue publicado en 1951 nos cuenta la historia del segundo viaje a Narnia de los hermanos Pevensie, donde ellos descubren que el malvado rey Miraz de Telmar ha tomado control de Narnia. Su ley extranjera ha tratado de lograr la aniquilación de todas las criaturas mágicas de Narnia, pero todavía quedan muchas escondidas. Los cuatro niños ayudan al joven príncipe Caspian a organizar su ejército de Bestias Parlantes, y, con la ayuda del gran león Aslan, Narnia es liberada una vez más del mal.

Cronológicamente se ubica en el año 2303 de Narnia.

La película en si es bastante entretenida, además de contar con la mayoría de las actuaciones de buen nivel, la dirección de fotografía está muy bien realizada, como dato curioso algunas de las secuencias fueron grabadas en los mismos exteriores que la película El Señor de los Anillos.

Tiene una buena edición, sin cortes bruscos que nos haga sentir que cortaron un pedazo de la película, cosa que en muchas películas pasa, con respecto al argumento se puede decir que es una historia que logra captar la atención de los espectadores, sus diálogos como se dijo anteriormente son un poco más elaborados, dando ciertas chispas de humor entre lo que se dicen ciertos personajes.

Con respecto a los efectos visuales no sería de extrañar que esta entrega de Narnia sea nombrada a los premios Oscar por su complejidad y buena elaboración, dándonos una esplendida secuencia en una de las escenas que se dan en un río.

En general la película es recomendable, es una película que entretiene y en el cual no se nota tanto el carácter religioso del libro como se vio en la primera entrega de esta serie de películas, dado que son 7 libros sobre Narnia y que ya está confirmada la tercera película llamada La travesía del Viajero del Alba, posiblemente a estrenarse en mayo del 2010.

A esta película le entrego 4 espadas de 5 (entre más espadas mejor), es una película que la puede disfrutar toda la familia.

1 comentario:

wílliam venegas segura dijo...

Wílliam Venegas | wvenegas@nacion.com

En manos de los estudios Disney o de cualquiera de sus sucursales, puede suceder lo que sea con un tema de la literatura llevado a la pantalla grande, así sea del importante escritor inglés C. S. Lewis.

Decimos esto a propósito del estreno de la película/secuela titulada Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian (2008), dirigida por Andrew Adamson, con guion conjunto de Christopher Markus, Stephen McFeelyel y el propio Andrew Adamson.

Así, tenemos una aventura exquisita visualmente, aunque no tan creativa: es una puesta en imágenes que, gracias a los costosos programas por computadora, se repite a sí misma y –además– parece un resumen de tanto trucaje visto en otras cintas, donde la épica se conjuga con mundos mágicos o maravillosos, con personajes míticos o surrealistas y con el eterno conflicto entre el bien y el mal, resuelto de manera caballeresca.

Eso es esta nueva aventura en Narnia, pero con una narración sin esencia alguna, despojada de las aristas más interesantes al interior de los conflictos humanos: ni siquiera tiene la sensibilidad del primer llanto de un niño recién nacido, así de superficial.

La historia sucede un año después del anterior filme, cuando los reyes y las reinas de Narnia –los cuatro hermanos Pevensie– vuelven al misterioso mundo, donde han pasado más de 1.300 años, en tiempo narniano. La Edad de Oro de Narnia ha terminado y una gran lucha está por desatarse, siempre por el poder.

Dentro del tono insulso de la narración, las actuaciones dan grima (pésima dirección actoral; si acaso se salva la jovencita Georgie Henley como Lucy) y dan mal cuerpo a un relato que se queda en un conjunto de asuntos superfluos y mal ordenados (conjunto farragoso), siempre bien expresado visualmente (ya lo dijimos).

La música tiene su atractivo y funciona bien, necesaria en un argumento que se estira más de lo razonable y esconde sentimientos.