“La obra maestra” de Alfonso Cuarón no lo es tal como la
pintan, es verdad que ha ganado muchísimos premios, pero no es otra cosa más
que un muy buen lobby, mercadeo, y sobre todo poenr temas de moda en la pantalla grande.
Cuando vemos una producción con el nombre de Alfonso
Cuarón de automático asumimos que será formidable, una verdadera belleza
narrativa y visual, con personajes profundos, bien actuados y de carácter sublime,
una historia memorable que quedará para siempre en el recuerdo de las masas.
Pero este no es el caso.
Literalmente esta película carece de estructura
narrativa, es casi que un collage de imágenes muy bien logradas, pero con una
historia insípida, tanto así que en su primera mitad no ocurre nada, los
personajes se pierden en la pantalla, y sobre todo la utilización del blanco y
negro es un recurso usado más por necesidad que por un asunto de ambientación,
de estética o creatividad.
Entonces ¿por qué tantas nominaciones y premios en
festivales de cine? La respuesta es simple, política, en todo el mundo se ven
organizaciones, colectivos, grupos artísticos y otros no tanto que bogan por ir
contra lo establecido, contra el sistema opresor, contras lo políticamente
correcto, desestructurar el pensamiento, etc. En especial en estos tiempos que
todo se piensa en relación a Donald Trump.
La actriz principal Yalitza Aparicio,
nunca antes había actuado, y en verdad que en esta película no se ve que
realmente actúe, algunos dirán que la actuación es la recreación de la realidad
y que debe de verse natural, pero una cosa es lo que acabo de escribir en estas
líneas anteriores y otra es ver la interpretación de ella en la película. ¿Ustedes
creen que ella de verdad tenga futuro en la actuación? Yo lo dudo mucho, y por
desgracia lo más probable es que en el caso de ella se remarquen los
estereotipos, en caso de lograr hacer carrera en el cine, teatro o televisión,
sus papeles se verán limitados a personajes similares al de Roma.
La dirección de fotografía en la película no
aporta nada novedoso, los encuadres están bien pero el juego con la profundidad
de campo es casi nulo, todo en la pantalla se ve enfocado, ¿dónde está el énfasis
visual en los planos cortos con el entorno desenfocado? ¿Qué pasó con el juego del
enfoque y desenfoque de los diferentes elementos en el encuadre para develar de
forma dramática, misteriosa, o sutil algo trascendental en la historia? Todo eso
es casi inexistente en esta obra.
La realidad es que Roma es una película más del
montón que por ser su director Alfonso Cuarón la crítica y los festivales de
cine se derriten a sus pies por estar de moda cualquier cosa que pueda incomodar
a Donald Trump.
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